miércoles, 31 de diciembre de 2014

Hoy termina el año y estoy grande.

Hoy termina el año y tengo tantos pensamientos en mi cabeza que no sé por donde empezar ni qué decir y qué guardar.
En estos últimos años crecí mucho. No digo cambié porque no creo que lo haya hecho, aunque tal vez crecer involucre cambiar, pero no me parece que haya reemplazado quién era por otra cosa, sino que crecí y fui adoptando, aprendiendo y sumándome cosas a mí misma.
Hoy pensé algo muy estúpido pero que me demostró a mí misma todo lo que crecí en mi paso por el secundario, y fue que en mis comienzos, a mis doce o trece años, mi objetivo final, de vida, mi deseo más grande y más profundo y todo lo que quería hacer con mi vida era vivir en Nueva York. Hoy no me importa dónde vaya a vivir, sé que lo que quiero hacer es trabajar con otras personas, en especial adolescentes, educar, aprender y crecer constantemente de experiencias compartidas.
En estos años, aunque no a partir de la institución secundaria ni mi paso por ella, me di cuenta que lo que más amo en el mundo es la educación, en cualquiera y todas sus formas. Quiero vivir para ella y no me importa dónde esté. 

Crecí en muchos aspectos, gustos musicales, lecturas, interés por aprender de diferentes culturas y absorbí mucha mucha información y conocimientos sobre diferentes temas. Mi forma de vestir evolucionó muchísimo y hoy me siento yo misma en cada cosa que me pongo y en cada cara de asco de la gente que me rodea. Pero me gusta así.

Tuve experiencias hermosas, viajé muchísimo, aunque los lugares que conocí quedaron en segundo plano y demasiado opacados por las personas que conocí en ellos, que son parte de lo que motiva mis ganas de aprender y enseñar. El choque de culturas que viví en mis últimos viajes me hicieron darme cuenta de un montón de verdades distorsionadas que daba por reales y me hizo apreciar un montón de aspectos de mi vida que antes no valoraba.

Fui tía por segunda, tercera y cuarta vez, adopté un gatito que fue y sigue siendo el amor de mi vida, y que me acompañó durante los tres años más fuertes y con más cambios de mi secundaria, y que hoy no está conmigo pero que espero que esté siendo el mismo hijo de puta amoroso que era, que me enseñó más cosas que muchas personas con las que compartí mi vida entera.

Descubrí que las personas de las que me rodeaba no eran como yo y cuando fue hora de distanciarme lo hice,  conocí personas afines a mí y a lo que soy hoy (y quizá fui siempre pero nunca pude ser de verdad), que espero sigan siendo mis amigos para siempre.

Vi a mis bandas preferidas en vivo, salí a lugares increíbles, tuve experiencias adolescentes tanto buenas como malas, me enamoré y desenamoré, lloré por amor, por pérdidas y por angustia.

Empecé el psicólogo y tuve que tomar decisiones más fuertes que las que venía tomando. Decisiones por mí y para mí, algunas que me siguen haciendo feliz y otras que no me gustaron pero que al fin de cuentas sé que fueron lo mejor.

Me interesé por cosas que antes no me interesaban, la moda pasó a tercerísimo plano porque descubrí que lo que me interesa y siempre lo hizo fue el estilo personal y no la tendencia, aunque sigo enamorándome de cosas que veo en internet como cualquier muchachita de 17 años. Aunque ya tengo dieciocho, já.

Descubrí nuevas maneras de expresarme y, a través de varios blogs creé este espacio en el que me siento en casa y a partir del cual encontré personas con las que comparto muchas cosas y aunque no, me gusta leer. A través de esto viví experiencias y la gente me empezó a conocer a través de mis palabras. Fue como separarme de mí fisonomía y dejar que las personas me conozcan a través de mí pero no de mí. Porque esto soy yo aunque no. Como los relojes, como dice Cortázar.


Aunque no entren en ningún otro párrafo porque no tienen que ver con ninguno de los temas que ya toqué, en realidad están detrás de todos y de todo lo que hago, hice, haré y soy.
En estos años pude descubrir que más que padres tengo superhéroes, que estuvieron detrás mío a cada momento y nunca reclamaron nada ni se llevaron méritos que aunque diga míos fueron de ellos a través de mí. No conozco padres que apoyen tanto a sus hijos como los míos y lo compruebo a través de cada conversación sobre nuestros respectivos padres con mis amigos.
Ellos me dieron todas las herramientas que forjaron mi personalidad y me respetaron siempre como un par al momento de discutir y conversar. Me críaron desde siempre con integridad y me hicieron darme cuenta en varios momentos que siempre lo mejor es tener criterio, determinación e integridad, y que al fin de cuentas uno se hace valer por lo que es si se respeta a sí mismo.



Podría haber hecho un resumen de mi año, que bastante cargado fue, pero me pareció más interesante y lindo, sobre todo para reflexionar conmigo misma, hablar de las cosas realmente relevantes que me dejaron el 2014 y los años que vinieron antes de él. Sé que probablemente esto no es lo que estaban buscando y probablemente la mayoría de ustedes ni termine de leerlo, pero necesitaba plasmar mis pensamientos en algún lado y preferí hacerlo acá antes que en alguna otra red social en la que tengo más de miles de personas de las cuales solo me interesan un par.

Estoy muy contenta con cerrar mi etapa secundaria y empezar la facultad de esta manera, no podría haber vivido y aprovechado mis cinco años de secundario mejor.

Feliz año nuevo, y gracias por estar del otro lado todo el tiempo.
Melu.